Gracias a todos y todas a los que ponéis vuestra confianza en mí, siempre intentaré dejarme la piel cada día o intentarlo. Porque si por un momento, el tintineo de las monedas del fajín, enciende el corazón de alguien, como una vela que se enciende en invierno, todo ha merecido la pena hasta llegar aquí. Las agujetas, el cansancio, el maquillarse y desmaquillarse, el "no puedo tengo ensayo", el bailar y sacarse la carrera sin desfallecer, cargar con la maleta por la calle Leganitos cuando he bailado en un restaurante de allí, los domingos de té y shisha de resurrección.
Porque... ¿Quién no da la vida por un sueño?
GRACIAS UNIVERSO.
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