lunes, 21 de diciembre de 2009

Solo de Derbake


Solo de Derbake, improvisación. Está algo difuso porque había poquita luz, pero soy yo :)

¡Espero que os guste!

jueves, 10 de diciembre de 2009

Myriam Soler

No podía dejar pasar de largo a esta bailarina, y no nombrarla en mi blog, Myriam Soler, fue la primera bailarina de Danza Oriental que vi actuar, y puedo decir, que me asombró en su día, y nunca ha dejado de conmoverme cada vez que he vuelto a verla bailar.

Recuerdo como si fuera ayer ese momento, su danza, sus ojos, que han sido unas de las miradas más impactantes que he visto en una bailarina, y su dulzura y su fuerza a la vez bailando, y aunque han pasado ya varios años, sigue muy presente en mí esa primera actuación que presencié en el restaurante "La Princesa" de Madrid, y sobre todo, su gran magia.


Era mi primer o segundo año de aprendizaje en Danza del Vientre, y me sacó a bailar en una de las canciones, si no recuerdo mal, creo que fue la canción "Shik Shak Shok", cuando salí a bailar con ella recuerdo que me inundó un sentimiento de alegría y camadería; un baile compartido por unos instantes, y me miró a los ojos, me sonrió con esa gran sonrisa que la caracteriza y me dijo: -Preciosa.


Volví a mi asiento y ella seguía bailando, marcando los golpes de cadera, haciendo bailar los crótalos en sus manos y llenando el salón con su inmensa presencia.


La verdad sea dicha, me he escapado a verla bailar siempre que el tiempo me lo ha permitido y siempre me ocurre el mismo fenómeno cuando lo hago, se me dibuja una gran sonrisa en el rostro, porque es como ver tener por unos instantes el regalo de ver ese ángel y ese duende, que embauca a quienes tienen la suerte de poder presenciarlo.


Eiwa!

martes, 1 de diciembre de 2009

La Princesa de África




Desde que leí este maravilloso libro, escrito por la bailarina Sonia Sampayo, me quedé como absorta en un país que aún noc conozco, pero que gracias a ella, he podido por un tiempo, "visitar" de su mano.

Mi padre vio un día en la librería este ejemplar y le llamó la atención que lo hubiera escrito una bailarina de Danza Oriental y Africana, y cuando llegó a casa me lo comentó, sin dudarlo, me dirigí al establecimiento y adquirí el tesoro, que me mantuvo enfrascada en la lectura hasta que por desgracia llegó a su fin. Siempre he odiado que los libros que te enganchan y te aportan tanto se acaben tan rápido, y espero que Sonia, vuelva a deleitarnos con un segundo ejemplar.

No me había sentido tan identificada con un libro hacía mucho tiempo, con su forma de sentir la vida, la danza, y admirando el trabajo y la fortaleza de esta mujer. y sobre todo, a mi parecer, el coraje de compartir con nosotros un pedacito de su vida, de su corazón, de su visión de la danza y de lo que la rodea.

Sonia habla de Senegal y todo lo que significó para ella este país, del amor, de su relación, de cómo fue superando cada bache y sobre todo, de sacar partido a cada momento que nos trae la vida y como la danza fue compañera suya en cada momento, sobre todo en los duros, algo que creo que ha sido el salvavidas de algunas bailarinas, atarse los pies a la música para seguir adelante en momentos más difíciles de la vida.


Gracias Sonia.