Desde que leí este maravilloso libro, escrito por la bailarina Sonia Sampayo, me quedé como absorta en un país que aún noc conozco, pero que gracias a ella, he podido por un tiempo, "visitar" de su mano.
Mi padre vio un día en la librería este ejemplar y le llamó la atención que lo hubiera escrito una bailarina de Danza Oriental y Africana, y cuando llegó a casa me lo comentó, sin dudarlo, me dirigí al establecimiento y adquirí el tesoro, que me mantuvo enfrascada en la lectura hasta que por desgracia llegó a su fin. Siempre he odiado que los libros que te enganchan y te aportan tanto se acaben tan rápido, y espero que Sonia, vuelva a deleitarnos con un segundo ejemplar.
No me había sentido tan identificada con un libro hacía mucho tiempo, con su forma de sentir la vida, la danza, y admirando el trabajo y la fortaleza de esta mujer. y sobre todo, a mi parecer, el coraje de compartir con nosotros un pedacito de su vida, de su corazón, de su visión de la danza y de lo que la rodea.
Sonia habla de Senegal y todo lo que significó para ella este país, del amor, de su relación, de cómo fue superando cada bache y sobre todo, de sacar partido a cada momento que nos trae la vida y como la danza fue compañera suya en cada momento, sobre todo en los duros, algo que creo que ha sido el salvavidas de algunas bailarinas, atarse los pies a la música para seguir adelante en momentos más difíciles de la vida.
Gracias Sonia.
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