Cada martes era una aventura,
tú y yo, llévabamos ya unos meses saliendo,
y me ayudaste a llenar mi vida de música,
metiste el primer disco del "Sueño de Morfeo" en mi mp3,
y cada martes,
en esa hora y media que tardaba en llegar a las Matas,
me emborrachaba con cada una de las canciones de este disco,
por eso cuando lo escucho,
me transporto a esos días,
cada martes, que yo iba a la sierra para dar clase con Shokry,
tú me llamabas para ver cómo estaba,
para saber cómo iba mi mañana,
para que te contara mi última aventura,
pues cada semana era un reto llegar a ese otro rincón de Madrid.
Hablaba contigo antes de meterme en la clase,
escrutando la conversación,
intentando llenarme del sonido de tu respiración,
que me llegaba por teléfono,
apurando y absorbiendo la melodía de tu voz.
No llevaba ni un año,
y el primer día que aparecí en la clase de Shokry,
llegué tardísimo,
y estaban tocando los crótalos,
Shokry me hizo entrar en la sala y me dio unos crótalos,
al final de la clase,
me dijo una gran frase,
que me marcará siempre:
- Nunca bailes con miedo .
Y tú, Morador de Sueños me has enseñado a que no debía de tener miedo nunca más en la vida,
me ayudaste a colocarme las cuerdas de los címbalos en mis dedos y los hicimos sonar juntos,
por ello la música de mis crótalos se la dedico a esas dos grandes personas que han marcado tanto mi vida,
a Shokry Mohamed y A TI, el amor de mi vida.
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tú y yo, llévabamos ya unos meses saliendo,
y me ayudaste a llenar mi vida de música,
metiste el primer disco del "Sueño de Morfeo" en mi mp3,
y cada martes,
en esa hora y media que tardaba en llegar a las Matas,
me emborrachaba con cada una de las canciones de este disco,
por eso cuando lo escucho,
me transporto a esos días,
cada martes, que yo iba a la sierra para dar clase con Shokry,
tú me llamabas para ver cómo estaba,
para saber cómo iba mi mañana,
para que te contara mi última aventura,
pues cada semana era un reto llegar a ese otro rincón de Madrid.
Hablaba contigo antes de meterme en la clase,
escrutando la conversación,
intentando llenarme del sonido de tu respiración,
que me llegaba por teléfono,
apurando y absorbiendo la melodía de tu voz.
No llevaba ni un año,
y el primer día que aparecí en la clase de Shokry,
llegué tardísimo,
y estaban tocando los crótalos,
Shokry me hizo entrar en la sala y me dio unos crótalos,
al final de la clase,
me dijo una gran frase,
que me marcará siempre:
- Nunca bailes con miedo .
Y tú, Morador de Sueños me has enseñado a que no debía de tener miedo nunca más en la vida,
me ayudaste a colocarme las cuerdas de los címbalos en mis dedos y los hicimos sonar juntos,
por ello la música de mis crótalos se la dedico a esas dos grandes personas que han marcado tanto mi vida,
a Shokry Mohamed y A TI, el amor de mi vida.
...
Íbamos por Lavapiés un día de octubre hará ahora algún año, y tú me regalaste mis primeros crótalos...
Jessica.