Y entre mis apuntes de la facultad y mis clases de danza, tanto las que doy como las que recibo, se me olvidan los horarios, se me olvida el frío que barre el sol y los cuerpos recogiendo sus rayos en las playas, pero tengo el presentimiento de que este año será igual o más intenso que el año pasado, en el que pese a que los maremotos han azotado fuerte, la danza me ha mantenido en el suelo, las rodillas no han fallado, y los brazos no han bajado de la posición de baile, porque la danza te hace volar, olvidar, evadirte...pero también nos centra, coloca nuestros pies en la tierra, y nivela nuestra cabeza, nos vacía para llenarnos de entereza, así que Gracias, a todos los que me habéis hecho bailar este año, a los que habéis bailado conmigo, a quien se ha prestado a ser mi pareja de baile, este año, más y mejor.
Un agradecimiento especial a mi profesora y maestra, Victoria Ameijide, de la que espero seguir aprendiendo durante mucho tiempo más.
Besos.
